viernes, 16 de mayo de 2008

La propia crónica del poeta...M.M.Forega






Queridos amigos:
Gracias a todos por vuestra gentil compañía hoy en FNAC. Da gusto tener amigos y, más, tenerlos cerca.

A Trinidad la quiero sin contemplaciones, abiertamente, y porque es un demiurgo de carne y hueso, tangible, viva.
Ana Muñoz (mi Anita), ha dado en el clavo revelándome: justa, precisa, inteligente y con unas goticas de humor bienvenido, humano y refrescante. No deberías ni ir a clase, Ana; bastaría con que tus profes de la fac asistieran a una de tus exégesis y punto; a casa y carrera concluida.
Ángel Gracia se ha portado conmigo magníficamente; lo ha hecho todo a la perfección y en silencio. La FNAC sin Ángel se quedaría en NÁ.

A Miguel Ángel Ortiz, qué podría decirle que no diga su péñola firme y su plumilla florentina.
Un recuerdo también para Xulio, que sopla el viento d'Os beleiros tajando el mar del alma.
Permitidme todos que agradezca particularmente a Ángel Guinda su presencia. Ha hecho el esfuerzo de venir desde Madrid para volverse inmediatamente. Pero es el hermano mío, mi semejante, con ese corazón que eternamente anhelan poseer los dioses. Berna dejó en mi móvil su voz y una lagrimilla por su ausencia: estudia, trabaja y tiene exámenes. Berna es mi otra vida; vida por la que no muero. Berna me hace vivir.
Y también Leónidas (Leoni, Leo), que dejó las Termópilas de Barna para llegarse hasta Zaragoza con el corazón al galope y regresar inmediatamente. Vani dejós sus producciones, sus cámaras, sus modelos, sus todos y también se vino pa Zaragoza (eso sí, deberé compensarla con un masaje; se lo daré en las sienes, donde los latidos dibujan su bondad única). Alba (Albica) debía irse el miércoles a Ferrara, pero se quedó para verme y ser yo más por ella y con ella.
Estuvo incluso Dido, la Didín como ave Fénix llegada desde Carthago, y Mario (río y mar); dos niños salidos de los moldes de Durero.
Habéis estado todos y me emociona pensar que aún tengo aliento suficiente para veros tras las cortinillas de ámbar sin que advirtáis el embargo de las pupilas, aunque me importaría muy poco tener de nuevo cataratas.
Y mi abrazo y mi compañía finales para Joaquín Sánchez Vallés, que ha perdido hoy a su padre.
Besos para todos vosotros. Os diré algo más.

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