domingo, 9 de marzo de 2008

Poesía en La Campana de los Perdidos

Poema de Octavio Gómez Milian: Muchos hombres

(Y le pregunto al barbero si fue uno de los que perdieron toda esencia
persiguiendo tu lascivia. )

Me sorprendo a mí mismo acudiendo de nuevo
al lugar de siempre, a la exhibición de lo poco que eres,
a la adicción perenne, a tu hechizo de Shiva en rebajas,
Suspiro y con el consuelo de nuestra fugaz encrucijada,
me acomodo tras la barra.

Contemplo a los hombres que vendieron la mascota de sus hijos
y con el dinero compraron un gramo de ese mezcal que tanto te gusta,
los mismos hombres que se desnudan esperando ridículos
que tu lecho se convierta en Babilonia.

Hombres que reconozco en el espejo,
hombres con el arma todavía humeante
tras disparar a su ángel de la guarda,
sólo instante después de haber recibido
el susurro de tus consejos.

Hombres que después de los números de baile
y agotados todos los boletos para tu cama,
prendieron fuego a su madre
como ofrenda poco sutil para recuperar tus favores.

Hombres que respiran hondo, doblan la espalda
y cavan otro agujero en su patio trasero, esperando,
esperando y creyendo, devotos,
que así te volverás más cariñosa con ellos.

Hombres que buscan en ti cartas que ellos mismos se escribieron,
hombres que se quejan al mediodía de lo insípido y repetitivo del almuerzo,
el almuerzo que ellos mismos se han preparado, ellos mismos.
Hombres que descubren,
minutos después de que te hayas marchado,
que han perdido contigo
un tiempo que no tenían.
Hay muchos hombres de esos.

Y yo los contemplo en el éxtasis de la ginebra golpeando bien fuerte mi hígado,
en el cálculo cabalístico de las pocas páginas que quedan
hasta el nuevo capítulo, los contemplo
y a ti. Hay muchos hombres de esos.

( Y mañana empezará otra vez con el asunto de las lágrimas, dice una cariacontecida hermana del tendero. )

de Con el sueño cambiado (2008)

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