domingo, 8 de junio de 2008

Pepe Montero habla del libro

viernes 6 de junio de 2008
Ahora que ya se han escrito muchas epístolas acerca del primer libro de Fernando Sarría, El error de las hormigas, ahora que es viernes, son las diez menos cuarto de la tarde-noche y me he tomado un relajante muscular para la tendinitis de mi brazo derecho, voy a dejar salir todas las alondras de mi crueldad para que picoteen los huevos de ese formicido himenóptero, capaz de hacerle un poema de amor a las curvas de una hernia discal.

"Puede que tu mirada sea el reflejo último y desesperado por acariciarme."

Fernando Sarría, no es un hombre lascivo, pero acaricia con la mirada y mete mano con la calidez de sus deferencias. Quiero decir que por error o no, las mujeres lo liban y lo hormiguean con intimidad adictiva. ¿A qué mujer no le gusta lo dulce?.

"Todas mis amantes se sacian en la soledad, quizás por eso en su silencio se esconden las sombras de su estirpe, y cuando las amo, un sin fin de hembras me seducen."

En esta breve recopilación de poemas, no encontraremos ni una sola coña marinera, ni nada que parezca innovador o vanguardista, surrealista o cósmico, porque él no lo pretende. El genio creativo de Fernando explora la fascinación del deseo, y sueña, y ensaya, y mezcla, y prueba a qué sabe el amor con un lenguaje limpio, estético y emocional. El resultado, si bien no nos asombra con hallazgos de absoluta originalidad ni inventa códigos para explorar otros vericuetos ocultos en registros expresivos por descubrir, asienta sus versos con una maestría en los entresijos de lo idílico que recuerda a Ezra Pound:

Saliste de la noche con flores en las manos.
Vas a salir ahora del tumulto del mundo,
de la Babel de lenguas que te nombra.

Encuentro la misma elegancia en este de Fernando:

Me recojo en tus manos.
Allí, olvidado del mundo y su silencio,
oigo respirar al mar.

El día de la presentación, he de decir que fue un placer compartir su alegría y disfrutar de sus impetuosas lecturas y de su generosidad. (nos invitó a un tentempié a quince o veinte amigos)

Termino, porque me está empezando a doler el brazo, con dos versos de El Error de las Hormigas:

"Yo, sigo esperando el edén, pero la noche
sigue ejecutando sueños."


Pepe Montero

1 comentario:

Isabel Barceló Chico dijo...

Creo que la critica que haces del libro se corresponde mucho con lo que fernando sarriá publica habitalmente en su blog, para gozo de todos. Saludos cordiales.