sábado, 31 de mayo de 2008

Otras crónicas


Entre las ganas de contar y el decoro romano que me gustaría para casi todos mis actos hoy me pueden las primeras.
Creo que lo pasamos bien el jueves durante la presentación en la FNAC zaragozana del libro de poemas El error de las hormigas, de Fernando Sarría. Siempre digo que estar bien es lo mejor. Así que desde este punto de vista, la presentación de las hormigas de Fernando estuvo a salvo de errores, lo cual no es poco.
Hubo muchos amigos, muchos. Me gustó un montón verles a todos, llegados desde lugares muy dispares, juntos allí, de la mano de la poesía y de su cariño a Fernando. Algunos no pudieron estar. Me acordé de ellos, porque quienes no pudieron venir tuvieron razones muy importantes. Me acordé de ellos en especial mientras Fernando y sus dos amigos, Manuel Vilas y Nacho Escuín, nos hacían pasar unos momentos tan agradables y alegres. Nacho Escuín, escritor y editor, además de habilísimo diagnosticador de textos, me hizo reir de veras cuando clamaba cómo conocer a Fernando Sarría le ha cambiado la vida; creo que ahora anda mucho más sobresaltado que de costumbre. Manuel Vilas compuso un decálogo que deberá en adelante ser siempre consultado cuando se quiera caracterizar algunos de los rasgos de la escritura de Fernando. Y Fernando fue como siempre fiel a sí mismo, en sus palabras y en la lectura de poemas.
Las hormigas se sintieron alegres y eso no es lo de menos.
Pan de oro

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